Haz click para agrandar
la foto
Haz click para agrandar
el dibujo
Ficha Técnica |
Tipo |
Cúmulo Abierto |
Ascensión
Recta |
18h 16m 9s |
Declinación |
-18° 29′ |
Distancia |
11700 al |
Magnitud |
4.6 |
Constelación |
Sagitario |
Visible con
Prismáticos |
Si |
|
M24 no es un “verdadero” objeto celeste, sino una enorme nube de condensación galáctica dentro de la Vía Láctea, visible a través de un agujero del polvo interestelar. Esta nube es la mancha clara en la Vía Láctea sobre la cual, entre medio de muchos otros objetos del cielo profundo (cúmulos y nebulosas), se pueden encontrar otros 10 objetos Messier. Generalmente el polvo interestelar atenúa el brillo de las estrellas que se encuentran tras él. Sin embargo, el polvo está desigualmente repartido. Por alguna razón desconocida, se condensa en forma de nubes de, aproximadamente, 25 años luz de diámetro, muchas de las cuales son claramente visibles proyectadas sobre el campo estelar. Normalmente hay, en nuestra Vía Láctea, dos nubes de este tipo por mil años luz en cualquier dirección. Pero, incluso en la distancia de 30.000 años luz que nos separa del centro de la Galaxia puede haber, y por suerte los hay, resquicios más numerosos que la media interestelar, y M24 se encuentra en uno de ellos. Estas ventanas transparentes de la Galaxia son de gran importancia para el estudio de estructuras galácticas, ya que permiten observar regiones lejanas que, de otra manera, permanecerían inaccesibles.
A pesar de que el descubrimiento se haya atribuido a Messier, es interesante remarcar que en el interior de esta nube estelar, además difícilmente observable a simple vista, se encuentra NGC 6603, un débil cúmulo abierto de magnitud 11 que Messier no pudo haber observado en su día.
El uso de telescopios revela un vasto número de estrellas, distribuidas en patrones interesantes. Para poder observar el cúmulo NGC 6603 es necesario contar con un instrumental medio o superior, ya que es difícil de distinguir sobre el fondo de la Vía Láctea. |
|
|
|
|
|